Pensemos en el cambio que sufren nuestros alumnos, al pasar del Colegio a la Universidad. Primero presentan un temor ante lo nuevo acompañado de una satisfacción personal por estar empezando una carrera profesional. En la universidad se investiga, se debate, se reflexiona sobre los nuevos conocimientos que se va adquiriendo. El rendimiento universitario, es muy complejo, sobre todo por situarse en una etapa de adolescencia, en que el alumno ya no es un niño pero tampoco un adulto, tiene sensaciones más intensas, además que esta sólo (los padres ya no están pendientes de ellos como en el colegio).
Una vida universitaria que empiezan a sentirla al momento de las evaluaciones, les exige mucho sacrificio pero asimismo los motiva a seguir adelante. En esta fase hay que tener mucho cuidado, de no frustrarlos, lo que mide esto es su rendimiento, como va en sus “notas”. Sin embargo también resulta fácil de comprender, que un buen rendimiento puede servir de acicate, de mayor interés para que el alumno siga esforzándose más y más, a gusto, rindiendo más como simple consecuencia lógica de su mayor esfuerzo.
En el ámbito universitario, si el docente quiere obtener buenos resultados en su alumnado (rendimiento académico) debe hacer que ellos participen en clase, ya que es necesario que se comprometan en su aprendizaje del día a día y también debe tratar de que los alumnos se sientan cómodos con la metodología de enseñanza, con las estrategias que se implementa para mejorar el quehacer docente; es decir necesitamos la aceptación por parte de ellos, para un tener un mejor clima del aula y ellos mismos querrán “aprender ” y valorarán su aprendizaje. Llevar a cabo con éxito una carrera universitaria es todo un proceso largo y sacrificado. Así los docentes universitarios tenemos una gran responsabilidad, no sólo con nuestros alumnos, sino con la sociedad, pues estamos formando profesionales.
El rendimiento académico tiene que ver con nuestro deber de reconocer y valorar las habilidades que nuestros alumnos ya poseen y encaminarlos a que sigan mejorando en toda su vida (no sólo en su formación profesional). Nosotros ya pasamos por la experiencia universitaria, esa gran experiencia de ser un estudiante universitario. Debemos dar un gran impulso a nuestros estudiantes y que no se queden a la mitad del camino, que culminen sus estudios y recompensen sus tantos sacrificios.
Norma Acosta Tafur.
Gracias maestra x alentarnos, seguiré sus consejos.
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